Al igual que con muchas campañas modernas, Coca-Cola y David buscaron autenticidad al producir y filmar "Spills". La agencia quería que los puntos se vieran espontáneos pero también bien elaborados; se puso mucho trabajo en la coordinación del color para asegurarse de que el ojo del espectador fuera al lugar correcto.

La planificación y el ensayo se enfía en encontrar las situaciones adecuadas para un derrame, una mujer saltando en los brazos de un hombre o un grupo de jóvenes amigos abrazándose y saltando entre sí. La producción filmó películas y fotos al mismo tiempo, utilizando una cámara con un brazo robótico para que los personajes pudieran repetir el mismo movimiento cada vez y el fotógrafo y director Nixon Freire y su equipo pudieran capturar la misma emoción, y derramarse, a través de los medios.

"Queríamos que el derrame pareciera real, lo cual es bastante difícil, para ser honestos", dijo Plautz.

La mezcla de cámara lenta y película inversa requería una producción precisa, pero el equipo también dejó espacio para las cosas que no se pueden controlar el día del rodaje, como cómo reaccionaría un perro a su dueño en pantalla.

"Fue bastante complicado, pero todo el objetivo era capturarlo de la manera más natural posible", dijo Gianesi.

Al final, Coca-Cola y David fueron capaces de capturar las emociones detrás de las interacciones humanas con el papel secundario que desempeña la bebida en esos momentos. Tener una marca icónica con activos inmediatamente reconocibles (la fuente, la botella, incluso el líquido) ayuda, pero también lo hace un equipo de marca que confía en una agencia para probar algo diferente.

"No todos los días vas a tener un grupo de vendedores de acuerdo contigo en que vamos a ver su producto no como un héroe, pero en realidad, Coca-Cola está derramando la situación", dijo Gianesi. "Se necesita valentía para esa decisión, así como para la asociación".

Es una relación que David quiere tener con todos sus clientes, y que se aplica a Coca-Cola y su equipo de marketing global, desde los Estados Unidos hasta Brasil y Japón.

"Tuvimos una reunión con gente de Coca-Cola de todas partes del mundo", dijo Gianesi. "Fue la misma reacción [de todos]: 'Este es el tipo de mensaje que deberíamos transmitir'".